El león rampante.

En el año 1230, el rey leones Alfonso IX (1171-1230) conquista definitivamente la ciudad de Badajoz y, al igual que un año antes sucede con Cáceres, le otorga la categoría de ciudad realenga, es decir, dependiente directamente de la corona y sin posibilidad de control por parte de la nobleza o autoridades eclesiásticas, otorgándole un concejo y concediéndole los símbolos de su propia heráldica, cual fue el león de púrpura rampante en campo de plata (blanco).

El origen de león como símbolo heráldico del reino de León vino de la mano de Alfonso VII el Empera-dor (1126-1157), ya que aparece en las monedas acuñadas en su reinado y al final de éste aparecerá también en los documentos personales del monarca. El león que se utilizaba en el escudo era pasante, al igual que lo era en las monedas y en los sellos, unas veces mirando a la izquierda y otras a la derecha, y respecto al color del león, durante el reinado de Alfonso VII era de oro, y ya durante el reinado de Alfonso IX, lo presenta morado o púrpura y rampante y no pasante. Y de acuerdo con la regla heráldica mencionada de la contra-riedad de los esmaltes, a una figura de color púrpura le corresponde un campo de esmalte, en este caso de plata (blanco). 

Por tanto, será el rey Alfonso VII el que introduzca en su heráldica el león queriendo representar la hegemonía de la capital del reino leones sobre el resto de las ciudades, de la misma forma que el león se considera el rey, y aunque inicialmente era de oro y pasante, después, con Alfonso IX, pasa a ser de color púrpura y rampante por ser el color que representa la dignidad real. Se puede decir que Badajoz usaría en sus inicios un escudo con los símbolos heráldicos del reino de León, consistente en un león de púrpura (morado) rampante en campo de plata (blanco).